Banquete del corazón II

Es común oír a las personas usar la expresión “soy dueño de mi propia nariz”. En otras palabras, “nadie tiene el derecho de mandar en mi vida a no ser yo mismo, yo me gobierno y hago de ella lo que mejor me parezca, yo me pertenezco”.

Humanamente hablando, el razonamiento es perfecto, pues nosotros somos reyes de nuestras vidas. Sin embargo, se acepte o no, hay un rey espiritual que ejerce total dominio en el reino de su vida, el Rey de la Luz o el rey de las tinieblas. De los casi 7 mil millones de personas existentes en este mundo, en cada vida existe un palacio en el cual son ofrecidos banquetes a sus invitados. Ya sabemos cuáles son los platos predilectos que el rey de las tinieblas, el diablo, disfruta con sus invitados, los demonios. Si de un lado los demonios son atraídos por el banquete ofrecido en el palacio del corazón humano, del otro, el Rey de la Luz, el Señor Jesús, es atraído por el aroma de platos deliciosos, que despiertan en Él el deseo de entrar en ese corazón y cenar allí en perfecta comunión.

“He aquí, Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye Mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” Apocalipsis 3:20

Vea la lista de algunos platos que atraen al Rey de la Luz:

Plato 1 – Sinceridad
Plato 2 – Reconocimiento de la insignificancia
Plato 3 – Entrega sin reservas
Plato 4 – Confesión de los pecados
Plato 5 – Renuncia (sacrificio)
Plato 6 – Obediencia a la Palabra de Dios
Plato 7 – Fe racional
Plato 8 – Sed del Espíritu Santo
Plato 9 – Fidelidad en todo, inclusive en los diezmos
Plato 10 – Bautismo en las aguas

Estos son algunos platos que llenan los ojos del Rey de la Luz, cuando Él encuentra a alguien dispuesto a renunciar a su propio gobierno para ofrecerlo a Aquel que es, nada más y nada menos, el Autor de la vida. A partir de eso podemos entender mejor por qué Él es llamado “Rey de reyes”, nosotros somos reyes de nuestras vidas y Él reina sobre nosotros. ¡Qué maravilla! ¿No es así, obreros, obreras y todos los lectores?

“Y en Su vestidura y en Su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.” Apocalipsis 19:16

Dios bendiga a todos
Obispo Sergio Corrêa