La palabra banquete quiere decir comida formal en la
que participan muchos invitados. Cuando pensamos en esa palabra, en seguida
viene a la mente la idea de deliciosos y variados platos. Inmediatamente, se
nos hace agua la boca, pues se trata de comidas seleccionadas que agudizan
nuestro apetito.
Vemos en la Escrituras que los banquetes eran ofrecidos para
invitados especiales de reyes y reinas. Eran siempre servidos en palacios y
casas suntuosas.
Hoy, el palacio en el cual se ofrece ese banquete es
en el corazón. El rey, o la reina, es la propia persona que ha gobernado su
vida sin la dirección de Dios. Los invitados son los demonios, que vienen y se
sientan en el centro de la vida, delante de platos apetitosos, y se alimentan
insaciablemente. Vea la lista de platos que agudiza el apetito de los
demonios:
Plato 1 – RencorPlato 2 – Odio
Plato 3 – Prostitución
Plato 4 – Adulterio
Plato 5 – Mentira
Plato 6 – Robo
Plato 7 – Malicia
Plato 8 – Duda
Plato 9 – Orgullo
Plato 10 – Hipocresía
“Porque del corazón salen los malos pensamientos, los
homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos
testimonios, las blasfemias.” Mateo 15:19
Estos son algunos de los platos predilectos del
diablo. Con los que él viene, entra en el corazón, se sienta en la mesa y
disfruta, con cuchillo y tenedor, de un delicioso almuerzo y cena regados con
el vino de este mundo.
¿Y por qué no del desayuno o la merienda? ¡Ah! No
podemos olvidarnos de aquel bocadillo de antes de ir a dormir. Obreros,
obreras, miembros y todos los demás, el diablo jamás dejará de frecuentar el
palacio de su vida, siempre que usted esté ofreciéndole el banquete de su
corazón.
“Engañoso es el corazón másque todas las cosas, y
perverso; ¿quién lo conocerá?” Jeremías 17:9
Dios los bendiga
Obispo Sergio Correa
No hay comentarios:
Publicar un comentario